Uno de los aspectos más desconocidos del mantenimiento de un sistema de extinción de incendios convencional radica en el mantenimiento de los extintores. Son muchas las personas que desconocen la periodicidad con la que tienen que examinar sus extintores y el peligro que corren en caso de no hacerlo.
Los extintores tienen una vida útil de 20 años. Durante ese tiempo es necesario realizar unas revisiones anuales que se denominan verificación. La normativa marca que en ese examen anual se examine el peso, la presión, el estado del extintor, la situación y la señalización. Se trata de una inspección visual a la que se añade un análisis en el propio taller para confirmar el buen estado del producto.
CADA CINCO AÑOS
Del mismo modo, los sistemas de extinción demandan un retimbrado cada cinco años. Este proceso se produce cada cinco años, desde la adquisición del extintor, y conlleva un examen exhaustivo del sistema. Algo así como una ITV que permite eliminar posibles fallos o deficiencias durante las dos décadas de vida del extintor.
El proceso de retimbrado conlleva una prueba de presión hidráulica con el objetivo de comprobar que el casco del extintor carece de poros o fisuras que le haga perder presión, y por ende, efectividad en caso de aparición del fuego. Para ello, los profesionales proceden al vaciado del extintor para eliminar partículas de polvo y llenan su interior de agua para comprobar la presión. En caso de que supere el examen, se vuelve a llenar con polvo nuevo y se cierra.
Es sencillo estimar el tiempo de revisiones para un extintor. Lo irá marcando el periodo de compra (año cero), al quinto año de vida, al décimo, el año 15 y el 20.